miércoles, 6 de mayo de 2009

Manifiesto

Debemos entender de entrada, que los gobernantes siempre mienten. No sólo los gobernantes mexicanos, sino todos en general. No pensemos que la corrupción es inherente sólo a nuestro país. Churchill le mentía a los ingleses y Berlusconi a los italianos. Los gobernantes mienten, porque el ejercicio del poder implica esconder información, escamotear los hechos, brindarnos a cuenta gotas lo que necesitamos saber. El ejercicio de poder conlleva a hacer tratos con el diablo y, con la misma mano con que cerraron el trato, son capaces de jurar ante la biblia que no mienten.

                 Pero también debemos entender que el hecho de saber que los gobernantes mienten no implica tirarse del lado del nihilismo y desestimar todo lo que hacen pensando que “todos son iguales”. Creer que vivimos en una gran mentira, en un gran complot es dejarle toda nuestra carga a los gobernantes. En México seguimos pensando que el gobierno tiene la responsabilidad de todo. Si el sistema de salud no funciona es culpa del gobierno, si el río está infestado de contaminantes, es culpa del gobierno, si maltratan inmigrantes es culpa del gobierno, si el narco está pudriendo todo el sistema es culpa del gobierno. Como si el gobierno no estuviera constituido por personas, como si fuera una estructura monolítica donde trabajan todos los villanos del cuento.

                El gobierno, a fin de cuentas, es un ente creado por sus propios gobernados. Si los señalas, simplemente te estás señalando a ti mismo. Toda una paradoja. La única forma en que te puedes salir de este círculo de señalamientos es ser un ciudadano con total responsabilidad de tus acciones. El darse cuenta, el percatarse con información y criterio, el ser un ciudadano progresista, consciente, te permite levantar el dedo flamígero y señalar a los gobernantes. Gobernantes que tiene mucho de criticables.

                Respecto a la gripe porcina me han llegado ya varios mails con una supuesta conspiración. Muchos igualan esto al fenómeno del “Chuapacabras” y lo mezclan con ideas que francamente me parecen risibles o en extremo sobadas. Conspiraciones bastante absurdas que incluyen desde que el virus no existe, que fue un acuerdo del grupo de los ocho, que el gobierno mexicano espera sacar una gran tajada monetaria, que Estados Unidos soltó un virus de diseño, que todo es una cortina de humo para que no veamos el par de leyes que se aprobaron apenas, pero que no se han ratificado.

                No nos perdamos en el bosque y veamos los árboles. Siempre que pensemos en una conspiración veamos quien sale beneficiado de ella. Al gobierno de derecha actual no le conviene hacerse una conjura contra él mismo. Se están perdiendo miles de millones de pesos cada día que sigue esta contingencia y locura mundial. La línea aérea Iberia ya quebró al igual que GM, y los hoteleros están que crispan de nervios al ver como el turismo extranjero se está alejando de los destinos turísticos. Por más dinero que el gobierno mexicano reciba de la OMS o de préstamos del FMI el reponerse de las pérdidas monetarias y de prestigio que está dejando el virus mutante, será un gran camino cuesta arriba.

                 La otra vertiente, que el gobierno de Estados Unidos diseño el virus. Dios mío, pues que imbéciles para soltarlo en su patio trasero, que es como escupir para el cielo. La historia  contradice este punto: los experimentos de armas nuevas han sido siempre en lugares alejados de ellos, desde Japón hasta por Vietnam.

                En realidad lo que produjo esta pandemia es el capitalismo salvaje, este neoliberalismo absurdo, sin un dejo de cuidado para proteger a la naturaleza y por ende, el equilibrio ecológico.  Explica Mike Davis en un artículo publicado en el diario londinense de The Guardian y circulado en español por la red, que:

…el progresivo deterioro de la salud pública mundial, la mordaza aplicada por las grandes transnacionales farmacéuticas a medicamentos vitales y la catástrofe planetaria que es una producción pecuaria industrializada y ecológicamente desquiciada…

…han propiciado que nuevos virus animales y humanos sean los nuevos problemas que la humanidad se enfrente. O creían que esta tendencia de ser delgados y vitaminados con productos de diseño no acarrearía cambios en nuestra genética. Creían que los productos light, cremas, pastillas, alimentos adicionados no traerían consecuencias. Que la carne animal criada con hormonas y medicamentos sin restricción alguna no traería verdaderos problemas de salud.

Esto aunado a la impericia y corrupción de nuestro sistema de salud que hizo caso omiso de los llamados de la OMS del surgimiento de un nuevo virus en Perote, Veracruz desde el 11 de abril, hicieron que se extendiera rápidamente esta epidemia.

Las verdaderas preguntas que nos debemos hacer es ¿por qué no se investiga el criadero de cerdos en Perote, de la transnacional Smithfield Farms, donde todo indica que de ahí surgió el virus? ¿Por qué no se enjuicia a las personas responsables del sistema de salud que desoyeron los llamados de OMS mucho antes de que se extendiera el virus? ¿Por qué se dio la alarma después de que el presidente Barak Obama se fuera nuestro país? ¿Es que decidieron acallar la bomba de tiempo que se tintineaba con tal de sacarse una foto?

Lo único para lo que está sirviendo este virus es para demostrarle al mundo que el sistema mexicano es corrupto y torpe (cosa que nosotros ya sabemos), que el capitalismo salvaje está en crisis porque el sistema económico actual ya está caduco y enfermo. Que la derecha y el enriquecimiento a costa de la naturaleza y el sufrimiento del prójimo solo van atraer más y más problemas. Pero tengamos confianza, tengamos la cara al viento y no dudemos, porque cuando esto termine, cuando las tinieblas se ciernan sobre nosotros,  en la hora más oscura levantaremos el puño y haremos la revolución de lo inteligente.

Iván Farías