lunes, 2 de marzo de 2009

Despertar


Despertar y encontrarse con el frío de la mañana. Despertar y ver el techo igual que todos los días. Despertar y encontrar (a veces) a alguien a tu lado, durmiendo. Los hombres nos levantamos temprano y ellas siguen siempre un poco más en la cama. Nos levantamos y ellas esperan algún cariño mientras nosotros intentamos articular algún avance.
Levantarse con el piso convertido en un témpano y sentir como el calor acumulado se escapa por los pies. Levantarse y encender el calentador. Dragón adormilado que suelta su estruendoso aliento. Su sonido es el arrullo de un poco mas de sueño. Y sentir como la almohada te vuelve a comer el coco y el dormir se va apoderando de ti. Y abrazar ese cuerpo que te brinda su calor porque ya estas frío. Oler su piel y perderte en ese cabello extra liso, extra suave. Desear que el mundo se detuviera solo unos minutos más y que la mañana fuera eterna. Si hablar sin sentir ningún tipo de miedo, de responsabilidad. Sin dvds que entregar, sin oficios que girar, sin correos que enviar, sin tener que poner tu dedo en la computadora y esperar a que en el administrativo estén contentos con detener tu culo durante ocho horas, más comida, en una silla giratoria.
Levantarse cuando la alarma suene por segunda vez y poner música o torturarse con las noticias. ¿Cuántos cadáveres saldrán hoy? La bolsa sube y baja y los jupies sufriendo. Esperar que todo cambie o que se quede igual. O esperar que el agua caliente no se enfrié tan rápido como sucede a diario. Qué película habrá en el cine, qué se me puede olvidar. Comprar la comida de los gatos. ¿Cuáles gatos? Yo no tengo gatos. ¿Entonces esos pelos en mi gabardina de fieltro?
¿Cómo estará Paris a esta hora? ¿Y Buenos Aires? ¿Qué horas son en Moscú? Quebrar los huevos y preguntarse porque la morena ya no quiso regresar a dormir a la casa. Porque me juro amor y el miércoles no llego. Esperar a que el agua hierva, apagar y servir dos cucharadas de café directo de la lata.
Café arriba, ojos dilatados, sabor amargo en la boca. Café arriba buenos días vida.

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