miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cine Psicotrónico (1 de tres)


Cuando uno observa la cartelera de nuestro país, se encuentra con que el cine norteamericano reina a sus anchas. Con alguna película nacional que a últimas fechas ha dando la pelea, pero realizada con el formato gringo en pleno. Es decir, comedias románticas o de acción con las convenciones del cine gringo más comercial. No encontramos ni por equivocación alguna cinta de la India, de Pakistan, de Turquía, de Japón, de China o Argentina. Y digo de estos países porque son donde la producción media da para exportara todo el mundo. Los argentinos, en especial han sufrido un periodo de creación de muchas películas, aunque no ha impactado en los festivales, no así en su taquilla nacional.

Pero si vamos a gente en verdad deseosa de cine, es decir cinéfagos, los hindús y japoneses son los más enloquecidos. Su producción anual fluctúa entre 900 u 800 cintas al año, cuando el promedio de Estados Unidos es de 700 y el del nuestro fue el año pasado menos de una cincuentena. De estas cinematografías llegan a nuestro país muy pocas, la mayoría directo al video o en festivales.

Los hindús se han puesto de moda para algunos críticos e intelectuales, aunque no hayan visto ninguna cinta más allá de Slumdog Millonarie, de Dany Boyle. Esté país esconde la más grande maquinaria de sueños que se haya realizado: Bollywood. Llamado así porque la mayoría de los estudios están localizados en Mumbay, anteriormente llamada Bombay. Los hindús tienen una extraña fascinación por los bailes y las canciones. Así que no importa que sea una cinta género negro, de terror, de vampiros, la narración estará siempre salpicada de canciones y bailes.

Como buena cinematografía del tercer mundo, se roba temas del cine norteamericano y los tropicaliza. Así podemos ver a Rambo, a Tiburón o a Drácula convertidos al budaísmo o temiendo a la espada de Shiva. El plagio o remake, como le dicen los gringos pomposamente, de Perros de Reserva, está llena de bailes. Todos los personajes tienen su tema musical y bailan en algún momento.

La verdad, es que muchas veces las cintas producen más risa que miedo. Debido principalmente a lo psicotrónico de las propuestas. Un Michael Jackson de Bigote bailando junto a varios zombis, que más parecen pordioseros, no es precisamente mi idea de terror.

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