lunes, 24 de mayo de 2010

Asesinos


Asesinos
Álvaro Abós, compilador
Adriana Hidalgo editora

El crimen es uno de los temas que más convocan a la humanidad. Desde aquellos que se asoman entre la multitud para ser partícipes de un poco de sangre en alguna escena de asesinato, hasta aquellos los perpetran. Es por eso que la literatura siempre ha recogido entre sus páginas lo que otros han hecho con sangre. La escritura criminal, la escritura de la muerte y de la vida se vuelve historia, documento de su tiempo y de las bajas pasiones humanas. Esas que persistirán por siempre. La recopilación que hace Álvaro Abós en “Asesinos” (Adriana Hidalgo, Argentina) nos brinda un recorrido por las grandes plumas del pasado que han tomado el tema criminal y lo han llevado por distintos caminos. Abós antóloga verdaderos hallazgos como el cuento “Una linda películita”, de Guillaume Apollinaire, que prefigura, con varias décadas, lo que ahora se conoce como cine Snuff. También hay lugar para las sectas apocalípticas y cínicas, como las que se reflejan en “Los sicarios de Midas”, de Jack London; donde las anticipaciones a temas que ahora son común en las ficciones contemporáneas vuelven a parecer; como lo son el asesino gratuito y despersonalizado. La crónica-cuento de Iván Turgueniev, uno de los textos más largos, refleja fielmente lo que es un crimen ordenado por el estado, validado por las cortes y ejecutado por un verdugo. El segundo personaje de más importancia en una ejecución. También hay espacio para los crímenes cronometrados, como el narrado por Arthur Conan Doyle, o el humor negro y el cinismo de Sade o Ambrose Bierce. Como afirma el antologador: “ningún escritor se ha privado de narrar un crimen aun cuando sus intereses temáticos estuvieran muy lejos de lo criminal.” Lo cual se confirma con la inclusión de Oscar Wilde, Antón Chejov, Joseph Conrad y hasta el mismo Walt Whitman. El libro no tiene fisuras. Ofrece una pléyade acercamientos al tema y plumas maestras.

Iván Farías

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