martes, 15 de junio de 2010

Carlos Zerpa


En una enorme fotografía que estaba detrás de ellos se veía a un Carlos Zerpa jovencísimo, con lentes y un sombrero charro, de eso que usan los turistas cuando van a Garibaldi. Obviamente estaba borracho “noche de tequilas dijo cuando nos invitó a ir al Covadonga”. Noche de tequilas que fueron de cerveza y tortilla española. “Ya no los aguanto como ayer”, explicó viéndonos con esos ojos fuertes pero a la vez tranquilos y juguetones. Esos ojos que no han perdido la magia desde aquella foto en el Tenampa con los integrantes del NO- Grupo.

¿Quién es Carlos Zerpa?, podrían preguntar algunos. Carlos Zerpa es uno de los artistas latinoamericanos más influyentes de Latinoamérica. Él ha hecho todo dentro de las artes no objetuales: Performance Art, Instalaciones, Ensamblajes, Nueva Pintura, Arte Sonoro. Además es parte de la Comunidad Iberoamericana de Frank Zappa y de Bruce Lee. Y además pinta y escribe. Y todo lo hace bien. ¡Carajo!, me grité cuando vi su obra. Además Zerpa es uno de los pocos artistas que vive en Venezuela y que no tiene miedo de expresar su opinión en contra de Hugo Chávez.

En la mesa del Covadonga Zerpa nos explicaba como poco a poco se ha ido destruyendo lo poco que se había logrado en una Venezuela convulsa, la patria de sus amores. Zerpa vestía de negro, sus sienes pintadas de canas y en el pecho el escudo del fascismo, aquel de los martillos que caminaban en la mítica película The Wall. Zerpa es un icono para muchos artistas no objetuales y un héroe para muchos otros. Entre los que me incluyo.

Una anécdota es suficiente como para describirlo. Cuenta el crítico y artista Santiago Espinoza que cuando vivía en Venezuela invitó a Zerpa a una fiesta. Cuando ya se habían ido hasta el último de los borrachos habituales, se dio cuenta que por todos lados había cuchillos incrustados: en el cereal, en el azúcar, en las puertas, en el café. “Pinche Zerpa”, dijo Santiago y el venezolano solo emitió una sonora carcajada.

Carlos Zerpa vino a México a presentar su libro Envena, donde cuenta la historia de las artes no objetuales en el Mundo, con el sabor del ya no tan niño terrible de Venezuela.

No hay comentarios: